lunes, 13 de marzo de 2017

“Sócrates, Jesús, Buda, tres maestros de vida”.

Hoy tenemos como tema de tertulia “Sócrates, Jesús, Buda, tres maestros de vida. Destacando de entre todas las intervenciones habidas, las siguientes:

1ª Afín de situarnos en el tiempo decir que, por orden cronológico, Buda nació hacia el año 563 a.c. y murió en el 483 a.c. Sócrates nació en el 470 a.c. y murió en el 399 a.c. y por último Jesús nació hacia el año 4 a.c. muriendo en el año 29 de nuestra era.

2ª Es de destacar los valores que recoge La Ley Sagrada (dharma) budista: para los esclavos y siervos, amabilidad; para los padres, obediencia; para los amigos, compañeros y familiares, generosidad; para todo ser viviente renuncia a darles muerte, antecedente de un puro ecologismo.

3ª En los tres hay una cierta coincidencia social y personal. En las tres sociedades donde se crían, los tres tienen en común  un clima de clara contestación al poder establecido por las élites políticas y religiosas. Y eso no dejará de traer consecuencias en sus vidas y mensajes, marcadamente contestatarios; incluida su propia muerte.

4ª La busca de la verdad es otro de los rasgos común a los tres, cierto que en cada uno de distinta manera, pero que en el fondo entraña un solo fin, conocerse uno mismo  y con ello alcanzar un sentido de la justicia más claro y determinante.

5ª El valor de la independencia frente a la comodidad y la estabilidad, enfrentándose a un constante preguntarse sobre todo aquello que se encuentra a su alrededor y más allá. De esta independencia extrema y de la ausencia total de ataduras sacaron su inmensa libertad.

6ª Inciden los tres en que la lógica del ser es infinitamente más importante que la del tener; aunque ninguno de ellos menosprecie la necesidad que tiene la mayoría de la gente de poseer suficientes bienes materiales para vivir con seguridad y por lo tanto con dignidad.

7ª Justicia y/o aplicación de la Ley. Sócrates lo dice de una manera muy clara: la Justicia, apunta, no se define, pues es indefinible, pero se vive en los hechos. En general, tanto Sócrates como Buda y Jesús constantemente hacen un llamamiento a la aplicación de la Justicia en contra de la Ley. Reconocen no obstante que el problema de las leyes a veces está en que no se modifican para hacerlas más justas e incluso en otros casos hacerlas cumplir hasta las últimas consecuencias cuando se trata de aplicarlas a o por los que ostentan el poder.

8ª El concepto de Alma, que algo parece tener que ver con el ser frente al tener; el cuidado del cuerpo frente al conocerse a uno mismo. Los tres lo plantean de manera distinta pero coinciden en la influencia que tiene en todo ser vivo ese sentimiento de dependencia sobre algo etéreo que se continua transmitiendo de generación en generación.                  

9ª Más allá de las divergencias en la apreciación entre Buda, Sócrates y Jesús sobre el devenir del ser humano tras la muerte, su enseñanza converge en el hecho de que nuestras acciones presentes tendrán consecuencias en una existencia futura. De igual manera cada nacimiento está condicionado por el anterior.

10ª A menos que tengamos fe, no podemos tener ninguna certeza sobre la existencia de un más allá o de mundos invisibles. Pero, como recuerda con humor Sócrates, no tenemos nada que perder si vivimos en esa convicción. Platón nos ilustra la búsqueda socrática de la verdad recurriendo al famoso “mito de la caverna”.

11ª La busca de la verdad es claramente diferente entre los tres. Mientras que para Buda la verdad se alcanza mediante la práctica introspectiva con técnicas de meditación; para Sócrates aquella solo se puede alcanzar mediante el razonamiento; en tanto que para Jesús no es necesario buscarla pues sólo con su presencia la está revelando puesto que Él procede de Dios.

12ª  Sobre la justicia, Sócrates opina que ante una mala decisión de la justicia (Ley) no duda en afirmar que se pueden tomar dos opciones: cometer injusticia o sufrirla. La primera resulta un mal mayor en tanto que la segunda es un mal menor. Buda manifiesta que todo individuo tendrá que padecer las consecuencias de sus malas acciones según la justicia inmanente del “Karma” (energía trascendente). En cuanto a Jesús, se remite más a la justicia divina que a la humana.


13ª Una reflexión que puede ayudar a clarificar mucho sobre los diversos mensajes aquí emitidos es la siguiente: la relación explícita con Dios, el cumplimiento de las oraciones rituales y las reglas religiosas sin duda pueden ayudar al creyente, pero nunca son la garantía de una conducta ejemplar ni de una vida buena. Inversamente, la ausencia de religión no impedirá a una persona ser verdadera, justa y buena. 

No hay comentarios: