Con el tema “Ejemplaridad
Consumista de Algunos Famosos” se da inicio a la Tertulia. Destacando de
todas las intervenciones las siguientes:
1ª El consumo ético requiere introducir aspectos
valorativos a la hora de consumir o de optar por un producto. Se hace especial
énfasis en la austeridad, es decir, se trata de discernir entre las necesidades
reales y las creadas por la publicidad que incentiva el consumo como forma de
alcanzar la felicidad y el bienestar (consumismo). Esta mirada crítica lleva a
una reducción en la cantidad de productos consumidos y por lo tanto disminuye
el volumen de basura y la contaminación que se produce en la producción y el
consumo.
2ª A menudo creemos que los famosos no conocen la
vida de una persona común. Pero entre ellos también hay algunos que a pesar de
sus capacidades financieras ilimitadas, prefieren la sencillez en las formas de
vestir sin manifestar grandes signos de ostentación, mereciendo por ello
respeto y admiración. Recordemos aquel dicho de que a la persona se la recibe
según viste, pero se la despide según ha hablado.
3ª Hemos de tener en cuenta que el mal ejemplo que
determinados famosos muestran ante el espectador no sólo hay que achacárselo a
ellos. Todos ellos disponen de grandes asesores de imagen y de inversiones en
determinados negocios, pero no se preocupan lo más mínimo en infundirles
comportamientos más acorde con lo que debieran de recibir sus admiradores.
4ª La sociedad de consumo parece imparable a día de
hoy y en, al menos, un futuro inmediato, pese a que cada vez más se incrementa
el número de personas que manifiestan un total desacuerdo con esta forma de
vida (lo que no implica que dejen de consumir de acuerdo a los cánones
establecidos). Por ello es imprescindible exigir que los medios de comunicación
y fundamentalmente las escuelas eduquen en este sentido y penalicen las formas
de ostentación que en muchos casos son además horriblemente chabacanas.
5ª No se trata de ir contra el famoso que opta por
ese tipo de comportamiento ostentoso, sino contra el sistema y personas que lo
manejan. Ellos deben seguir siendo aclamados y admirados por sus capacidades de
igual manera que admiramos al investigador que pasa horas y horas dentro del
laboratorio como otros muchos famosos casi anónimos.
6ª La clase política muy en general también suele
ser muy mal ejemplo para la transmisión de buena conducta consumista; en gran
medida por que suele vivir a espaldas del ciudadano. Viste de forma arrogante y
se mueve encorchetado entre grandes signos de ostentación. Ejemplos de lo
contrario son el exalcalde de Londres Boris Johnson que se desplazaba en
bicicleta; la alcaldesa de Madrid Manuela Carmena que se mueve en metro y quizá
el más paradigmático José Mujica, expresidente de Uruguay con un modo de vida
simplemente sencilla.
7ª La imagen que ofrecen los opulentos famosos oculta
la pobreza de los demás, pero también es cierto que entre las consideradas
personas normales también hay una transmisión de opulencia. Con cierta
facilidad observamos a críos con vestimentas de altas marcas y aparatos de
nuevas tecnologías desproporcionados para su edad.
8ª Algunas citas importantes de algunos famosos
para tener en cuenta:
Adam Smith; El consumo es el único fin y propósito
de toda producción y el interés del productor debería ser atendido sólo en la
medida que sea necesario para promover el del consumidor.
Adolfo Bioy Casares; El lujo es vulgaridad.
Anónimo; Sólo se posee aquello de lo cual uno puede
desprenderse; de lo contrario no se es poseedor, sino poseído.
Antonio Gala; Nuestra sociedad ha llegado a un
momento en que ya no adora al becerro de oro, sino al oro del becerro.
Benjamin Franklin; Cuida de los pequeños gastos, un
pequeño agujero hunde un barco.
El que compra lo superfluo, pronto tendrá que vender
lo necesario.
9ª Los cambios, si realmente queremos cambiar,
empiezan en el plano personal para después saltar al comunitario, desde el que será
posible intentar cambiar las reglas del juego. Un cambio en las reglas de juego
impuesto desde arriba que no tiene un bagaje de ciudadanía, de comunidad que lo
ha experimentado, que lo apoya o lo promueve, no tiene nada que hacer. Por eso,
al igual que con los toros, quien quiera ser consumista empedernido allá él.
10ª Una última reflexión: que pasaría si la
totalidad de los humanos consumiéramos en la misma medida que lo que se consume
en las llamadas sociedades opulentas, o no todas las personas tienen los mismos
derechos. ¿Hasta cuándo este exceso consumista y esta desigualdad?.
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