La Tertulia la iniciamos con el tema “Omnívoro, Vegetariano o Vegano”,
destacando de entre todas las intervenciones las siguientes:
1ª Omnívoro, vegetariano o vegano, ¿quién es el más
sano? Imaginemos tres científicos sanos, un omnívoro, un vegetariano y un
vegano. Ellos siguen durante toda su vida una dieta estricta según sus
principios. El omnívoro come de todo. Sin excesos. El vegetariano sigue una
dieta parecida eliminando cualquier rastro de carne o pescado y algunos
vegetales. No comete excesos y tiende al cuidado dietético en su estilo de
vida. El vegano excluye de todo lo anterior cualquier producto de origen
animal, incluidos los huevos, todos los lácteos y hasta la miel.
2ª ¿Qué pasaría? ¿Quién viviría más? ¿Quién iría
menos al médico durante toda su vida? Sorprendentemente la respuesta a este
utópico experimento dependerá más de lo estricto que sea cada científico y de
su predisposición genética a ciertas carencias y enfermedades que del tipo de
dieta que lleve. Cada cual tiene su propio metabolismo.
3ª Uno de los campos de batalla con más víctimas
del estilo de vida moderno es el sesgo dietético. No basta con adoptar una
dieta, un estilo de vida más o menos estricto, más o menos natural o sano:
también hay que tener en cuenta el factor modismo, religioso o simplemente de
status social, como factores influyentes. Por todo ello cabe preguntarse, ¿Qué
dieta es más sana? ¿Vive más un vegetariano que un carnívoro? ¿Tiene déficits
alimentarios el vegano?
4ª La especie humana es omnívora, pero también es
adaptativa. Según la cultura, el clima y los condicionantes medioambientales
cada grupo humano se acomoda según su hábitat a un menú sustancialmente
distinto. El cuerpo es una máquina casi perfecta para fabricar y obtener los
nutrientes necesarios para desarrollarse en casi cualquier sitio del planeta.
Es parte de su supervivencia evolutiva. Solo hay ballenas barbadas donde hay
kril, y koalas donde hay eucalipto, sin embargo hay humanos ‘sobreviviendo’ por
todo el planeta y con muy dispares dietas.
5ª No obstante, se cree que hace muchos años había
grupos de homínidos eminentemente vegetarianos. Antes de ser nómadas, algunos
de nuestros antepasados se alimentaban principalmente de plantas: un habitat
estrecho implicaba siempre una dieta más limitada. De ahí que su intestino sea
largo, circunstancia que hace que la digestión de alimentos carnívoros sea más
dificultosa.
6ª Pero su cerebro fue haciéndose cada vez mayor favoreciendo
sus habilidades y este crecimiento cerebral le obligó ser más eficiente a la
hora de comer. Alimentándose para satisfacer el aumento de tamaño craneal, esto
solo lo daba la carne aportando la vitamina B12. Algunos vegetarianos se
extinguieron al no adaptarse a este desarrollo evolutivo.
7ª Nuestro científico vegetariano tiene un 29%
menos de probabilidad de morir por enfermedad isquémica del corazón y también
un 18% menos de hacerlo por un cáncer, según un estudio con 124,706 casos de
una universidad China. Una comparación un poco de trampa porque se compara una
dieta con la ‘no dieta’. Otro estudio chino también dice que no hay evidencia
de que el consumo de carnes rojas en Asia haya aumentado la mortalidad por
cáncer o enfermedad cardiovascular.
8ª Nuestro científico vegano tendría algunos
problemas más. Está demostrado y confirmado por los propios dietistas que la
dieta vegana (también la vegetariana) provoca un déficit de vitamina B12
(conocida como cobalamina) y, en menor medida, de otros minerales como el calcio,
el hierro, el zinc y ácidos grasos omega. Nuestro organismo necesita vitamina
B12 para producir glóbulos rojos y esta sólo se encuentra en los productos de
origen animal: carnes, leche y huevos.
9ª Los animales obtenemos esta vitamina directa o
indirectamente con las bacterias de nuestro intestino. Los rumiantes están
diseñados para absorber B12 producida por bacterias en su propio sistema
digestivo. Algunas algas o derivados fermentados de soja pueden contener esta
vitamina, pero en cantidades insuficientes como para poder abastecer la
cantidad saludable recomendada.
10ª Nuestro científico vegano sabe que, en casi
cualquier caso, debe tomar algún tipo de suplemento o alimento enriquecido con
B12 exógenamente si no quiere arriesgarse a padecer el problema. Su dieta,
siendo legítima y hasta recomendable con estos suplementos, no superaría la
prueba sin ayudas externas. El vegetariano puede solventar estas carencias con
la vitamina B12 que se encuentra naturalmente en huevos y leche.
11ª En resumen. No tenemos panza, redecilla, libro
y cuajar -como los rumiantes- para digerir los vegetales, ni tenemos dientes
planos para facilitar su molienda... pero tampoco garras, colmillos o
mandíbulas gigantes para desmembrar la carne. No somos especialistas en nada y
lo somos en todo, porque somos fundamentalmente cerebro. Y estamos diseñados
para pensar por nosotros mismos, para aprender y para adaptarnos a la mayoría
de las dietas.
12ª Para convertirse en vegano es conveniente
contar con el asesoramiento de un nutricionista para que la dieta incluya todas
las vitaminas y minerales necesarios para mantenerse saludable. A la hora de
poder llevar a cabo una alimentación vegana sin poner en peligro la salud se
establecen una serie de pautas a cumplir: aportación de omega 3 mediante
semillas de lino. Toma de frutas, verduras y legumbres de una forma variada.
Complementar la alimentación con vitaminas B12.
13ª Pensando en nuestro hábitat, la dieta
mediterránea es un estilo de vida en el que se combinan ingredientes, técnicas
y recetas con una vida físicamente activa favorecida por la bondad del clima.
Es un estilo de vida en el que se comparte y se celebra alrededor de la mesa,
donde los ingredientes locales y de temporada tienen protagonismo, donde
abundan los alimentos de origen vegetal y los procedentes de animales son
anecdóticos.
14ª Tan importante es la dieta mediterránea, que ha
recibido el reconocimiento por parte de la UNESCO como Patrimonio Cultural
Inmaterial de la Humanidad el 16 de Noviembre de 2010, en una denominación
conjunta de España, Grecia, Italia y Marruecos, permitiendo su protección,
difusión y transmisión, de forma que toda la población mundial podrá
beneficiarse de las bondades de esta forma de entender la vida y la
alimentación.
15ª Los beneficios para la salud de la dieta
mediterránea fueron descritos como tales en la década de los años 50-60. El Dr.
Ancel Keys y sus colegas realizaron el conocido como ‘Estudio de los siete
países’, en el cual destacaban cómo la Dieta Mediterránea tenía un papel
preventivo de las enfermedades cardiovasculares. Los beneficios que se le
atribuyen a la dieta mediterránea se relacionan con mejoras en los niveles de
colesterol, en el sistema antioxidante, sobre la presión arterial, sistema
inmunitario, coagulación sanguínea e incluso sistema hepático.
16ª Las bondades de la dieta mediterránea han
tenido proyección internacional y quizás sea una de las dietas más conocidas
fuera de nuestras frontera. Sin embargo, existen otras formas de alimentarse
igualmente saludables, como puede ser la dieta oriental, rica en soja, pescado,
vegetales y arroz.
17ª En la alimentación, lo natural no es lo que
viene impuesto, sino lo que decida hacer uno mismo dentro de un criterio
razonable y sostenible. Siendo lo más razonable la moderación. Como se suele
decir a modo de recomendación, “comer de todo en platos de postre”.
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