Iniciamos la Tertulia con el tema “La Violencia Machista desde la Antigüedad”.
Destacando de entre todas las intervenciones las siguientes:
1ª La violencia contra mujeres y niñas es una de
las violaciones a los derechos humanos
más sistemáticas y extendidas. Está arraigada en estructuras sociales
construidas en base al género más que en acciones individuales o acciones al
azar; trasciende límites de edad, socio
económicos, educacionales y geográficos; afecta a todas las sociedades; y es un
obstáculo importante para eliminar la inequidad de género y la discriminación a
nivel global. (Asamblea General de las Naciones Unidas, 2006).
2ª La Declaración Universal de los Derechos Humanos
en su artículo 1, dice lo siguiente: Todos los seres humanos nacen libres e
iguales en dignidad y derechos y, dotados como están de razón y conciencia,
deben comportarse fraternalmente los unos con los otros.
3ª Se puede pensar que el hombre (macho), desde un
punto de vista estrictamente biológico y en su etapa primigenia está dotado de
un instinto de pertenencia sobre la mujer (hembra), única y exclusivamente para
prolongar la reproducción de la especie; pero no ejerce en modo alguno actos de
violencia contra ella, más bien de ejercerlos es contra otros machos que
intentan ser ellos quienes realicen el acto reproductivo.
4ª Es a
partir de la aparición del homo sapiens y fundamentalmente desde el momento en
que se establecen estructuras de poder con la asignación de roles participativos
en las distintas sociedades cuando la mujer se ve relegada a un papel pasivo a
la hora de la toma de decisiones importantes, quedando estas absorbidas por el
hombre.
5ª El descubrimiento del placer sexual hace que la
apetencia por el contacto sexual entre hombre y mujer no se encuentre limitado al periodo de
fecundación natural si no que en cualquier momento se entienda que mediante
dicha relación se vean satisfechas las distintas necesidades imaginadas tanto
por el hombre como por la mujer. Con una enorme diferencia, y es que ya el
poder dominante lo ejerce el hombre.
6ª Pero la violencia machista no viene
estrictamente por el sexo. La violencia machista está más bien fundamentada en
la posición asignada por los Poderes del Estado, apoyado en gran medida por las
Iglesias que mantienen una interpretación de las religiones que obligan a la
mujer a ejercer ese papel secundario y de dependencia respecto al hombre.
7ª De ahí que la violencia machista tenga reflejos
en daños corporales y psicológicos sin ninguna otra motivación que el propio
acto de rebelión simple que con toda naturalidad demanda la mujer, sin tener
porque mediar acto sexual alguno. Son muchos más los actos de violencia por
impedir la igualdad de género que le corresponde a la mujer que por los
intentos o logros de acosos sexuales violentos.
8ª La discriminación de la mujer en la sociedad
representó la primera forma de explotación existente, incluso antes que la
esclavitud. Los hechos que ejemplifican las desigualdades y discriminaciones
hacia la mujer son numerosos y antiquísimos. Algunos datan del año 400 A.C.,
cuando las leyes de Bizancio establecían que el marido era un Dios al que la
mujer debía adorar. Ella ocupaba un lugar tan insignificante que ni siquiera
podía recibir herencia o beneficio alguno.
9ª En la India, los testimonios más antiguos
aseguran que si la mujer enviudaba era quemada viva junto al cadáver del esposo
en una ceremonia llamada Sati, acto este que quedaba incluido dentro de las
obligaciones como esposa. Además la mujer infecunda era repudiada, al igual que
la que gestaba sólo hijas; y en las comunidades de Irán y Etiopía, el
nacimiento de una mujer era una deshonra, siendo, incluso, este vocablo
sinónimo de bajeza, debilidad y desgracia.
10ª En general, la mujer en la antigüedad estaba
supeditada al marido y este podía llegar en el ejercicio de su dominio
–incluso-, a castigarla corporalmente. Así de arbitrarias y desenfrenadas eran
las normas arcaicas, en las que la violencia contra la mujer era tan común y
usual como el matrimonio, y resultaba pues, un efecto de este último la
supeditación total de las féminas respecto a los hombres, rasgos propios de la
cultura patriarcal, que tiene raíces muy profundas.
11ª La Edad Media no trajo diferencias
sustanciales: los nobles golpeaban a sus esposas con la misma regularidad que a
sus sirvientes. Esta práctica llegó a ser controlada en Inglaterra,
denominándose “Regla del Dedo Pulgar“, referida al derecho del esposo a golpear
a su pareja con una vara no más gruesa que el dedo pulgar para someterla a su
obediencia, tratando así de que los daños ocasionados no llevaran al
fallecimiento de la víctima. También en esta época, en familias de “sangre
azul”, la mujer podía ser utilizada como instrumento de paz a través de
matrimonios entre Estados, decisión que se tomaba sin tener en cuenta la
opinión de la posible desposada.
12ª No es hasta finales del siglo XIX, que se dicta
en los Estados Unidos, en el Estado de Maryland, en 1882, la primera ley para
castigar el maltrato conyugal. En la misma se imponían como pena cuarenta
latigazos o un año de privación de libertad al victimario por los abusos
cometidos, pero después de sancionado el primer caso, inexplicablemente cesó la
comisión de este delito, o por lo menos su denuncia, siendo derogada esta ley
en 1953.
13ª la aparición de la Revolución Industrial y con
ella la incorporación de la mujer al trabajo fuera de casa ha permitido un
cambio sustancial en las relaciones hombre mujer, donde ésta ha encontrado el
hueco necesario para intentar al menos la equiparación de derechos con el
hombre, exigiendo cada vez más que estos derechos se cumplan.
14ª Si en esta nueva situación, el hombre tiene la
suficiente claridad de ideas para sumarse a este estallido de liberación de la
mujer, podrá lograr no sólo la igualdad de género sino la supresión de
tantísima opresión ejercida por los distintos Poderes tanto sobre la mujer como
sobre el hombre, que se ha pensado libre porque ejercía poder sobre la mujer,
cuando él mismo ha sido esclavo durante toda su vida por quienes realmente
mandaban y mandan.
15ª Los rasgos esenciales de la violencia de género
son su carácter sociocultural debiendo ser necesariamente tratada desde un
enfoque multidisciplinario. Debemos sistematizar el tratamiento del fenómeno
violencia de género desde el estudio multidisciplinario: psicológico,
sociológico, antropológico, sociocultural, pedagógico, entre otros. “Toda
opresión radica en la dependencia social. Por consiguiente, la liberación de la
mujer tiene que ser una tarea social”.