lunes, 25 de mayo de 2015

“Intentando Abrir Fronteras”


Iniciamos la última Tertulia de este curso con el tema “Intentando Abrir Fronteras” destacando las siguientes intervenciones:

 
1ª La educación se considera como el primer elemento de integración y apertura de fronteras, tanto físicas como culturales, religiosas y étnicas.

 
2ª Por el contrario, pese a lo que se nos trata de hacer creer por los poderosos, las guerras no abren fronteras sino que las cierra y en muchos casos halla donde no las había, las crea.

 
3ª Si por lo general todos los países poseen riquezas naturales, es lógico pensar que si éstas fuesen comercializadas por los propios nativos, las relaciones con los demás países serían de tú a tú, y no mediante imposiciones extranjeras con lo que supone de invasión y devastación del territorio y su cultura.

 
4ª Desde otra perspectiva hay una gran diversidad de gentes que en una u otra manera participan en la eliminación de fronteras: los emigrantes (aunque en algunos casos tengan dificultad en la integración), los exilados, los artistas, los turistas, etc.

 
5ª En una sociedad como la actual, marcada por la banalización de la cultura y un consumismo acérrimo, rara vez tenemos tiempo para detenernos en los temas verdaderamente importantes, y corremos el grave riesgo de perder nuestra sensibilidad ante los problemas de los demás.
 

6ª Pero hay un componente aperturista de fronteras que sobresale sobre todos los demás, “La Poesía”. Evidentemente la poesía dedicada al hombre y a la mujer sin atributos nacionalistas. Ahí sí que no hay fronteras.
Gabriel Celaya, José Agustín Goytisolo, Rafael Alberti y tantos otros poetas reflejan en sus poemas ese sentir plural del hombre. Poemas como “La Poesía es un arma cargada de futuro”, “Me lo decía mi Abuelito”, “Si mi Voz muriera en Tierra”, etc. Son dignas de rememorarlas.

 
7ª Supone una grave contradicción el hecho de que las Constituciones no recojan el derecho a la inmigración, violando la Declaración Universal de los Derechos Humanos. El artículo 31 de la Constitución establecida por la 2ª República si recogía el derecho a la inmigración y por supuesto a la emigración.

 
8ª El llamado mundo desarrollado, primero invade otros territorios creando desgracias entre sus gentes. A continuación y de una manera cínica les muestran lástima, para más tarde sentir hacia ellos repugnancia y finalmente, cuando ven indicios de posibles levantamientos les terminan odiando.

 
9ª Winston Churchill tenía ideas bastante claras acerca de la inmigración. "Vamos a tener serias dificultades si mucha gente de color empieza a residir aquí. ¿Por qué vamos a cargar nosotros con los problemas que traen?", dijo en febrero de 1954 durante una tormentosa reunión de su gabinete. El Primer Ministro estaba convencido de que los inmigrantes no tenían otra intención que aprovecharse del sistema británico de seguridad social e incrementar de paso los índices de criminalidad.

 
10ª Francisco de Vitoria utiliza la  libertad de migrar para calificar como  guerra justa la conquista de América, amparándose precisamente en la resistencia de los naturales de aquellas tierras al establecimiento en ellas de los españoles. Lo menciona justamente como el primero de los “títulos legítimos por los cuáles pudieron venir los indios a poder de los españoles”: “Primera tesis: los españoles tienen derecho a emigrar a aquellos territorios y a permanecer allí, a condición de que no causen daño a los indios, y éstos no pueden prohibírselo”. Lo que,  mutatis mutandis, justificaría la invasión y conquista de Europa por parte de los inmigrantes rechazados.

 
11ª Quizá mueran, de hecho mueren por millares, intentando llegar a nuestras costas. Pero es más probable que mueran quienes no lo intentan, mueren con certeza por hambre, guerra, explotación… Tienen derecho a salir de su país, se lo reconocen los tratados internacionales: el derecho a emigrar. Pero no les reconocemos el derecho a entrar en los nuestros: el derecho a inmigrar no aparece en el derecho internacional, aunque se hayan desarrollado argumentaciones que pretenden darle cobertura. No se debe plantear la cuestión en términos de derecho vigente, del derecho que realmente existe, sino en términos políticos;  qué se debería hacer incluso si el derecho lo impidiera. La tarea política ha de ser entonces convertir lo necesario en posible, en su caso cambiando el derecho.

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