
1ª No hay un camino nuevo para la
mujer, Ella tendrá que buscar su propio camino… (Anaïs Nin). Mujeres como Simon
de Beauvoir, Clara Campoamor, Dolores Ibarruri, Victoria Kent… fueron quienes
valientemente, comenzaron a defender los derechos que se negaban a las mujeres,
al mismo tiempo que aguantaban a pie firme el escarnio y la burla de gran parte
de la sociedad.
2ª Paradójicamente, en muchos
casos quien más zancadillas a puesto y sigue poniendo al sexo femenino es la
propia mujer. La mujer no ha de pedir venganza por los daños sufridos,
solamente colaboración y la igualdad de trato que siempre se le ha negado.
3ª No hace mucho tiempo las
enseñanzas que recibían las mujeres a través de sectores como la Sección
Femenina o la propia Iglesia iban encaminadas a prepararlas como esclavas,
nunca como compañeras… lo único que una mujer debía aprender era a ser una
buena ama de casa, abnegada madre y esposa y no rechistar por nada.
4ª ¿Qué pasaría si la mujer
abdicara de las tareas hasta ahora encomendadas a ella? Si aprendiera a delegar
en los hombres en la realización de todas las tareas asignadas a la mujer,
madre, esposa; seguro que serviría para no sentirse culpable por haberles dado
una excesiva atención, colaborando en hacerles unas personas pasivas y sin grandes ambiciones. Por lo tanto no debe
echar la culpa a nadie sino a sí misma, tratando de corregir ese error por
exceso de cariño.
5ª Desde tiempos remotos la mujer
ha sido partícipe, en muchos casos a la sombra, de grandísimas aportaciones
atribuidas por lo general a los hombres. En ciertos casos fue tan destacada su
aportación que quedó como ejemplo a seguir. Tal es el caso de la Faraona Hatshepsut,
perteneciente a la dinastía VIII en el llamado Imperio Nuevo de Egipto. Mujer
de gran fortaleza e inteligencia que hizo por gobernar desde un pacifismo
orientado a una vida alejada de grandes sobresaltos.
6ª Es de destacar la aportación
de Hypatia, excelente astrónoma griega de finales del siglo IV, reconocida por
toda la sociedad de su época excepto por el ascendente poder del nuevo
cristianismo.
7ª Las beguinas es otro caso de
forma de vida de la mujer que se da a principios del siglo XI. Eran una
asociación de mujeres cristianas, contemplativas y activas, que dedicaban su
vida a la ayuda a los desamparados, enfermos, mujeres, niños y ancianos, y
también a labores intelectuales. Organizaban la ayuda a los pobres y a los
enfermos en los hospitales, o a los leprosos. Trabajaban para mantenerse y eran
libres de dejar la asociación en cualquier momento para casarse. No había
casa-madre, como así tampoco una regla común, ni una orden general; sino que
cerca de los hospitales o de las iglesias donde establecían sus viviendas en
sencillas habitaciones donde podían orar y hacer trabajos manuales, cada
comunidad o beguinaje, era autónoma en sí misma, y organizaba su propia forma
de vida.
8ª Es de destacar como la mujer,
de una forma callada ha logrado mantener y dar continuidad a formas de vida más
sensatas que las ofrecidas por los hombres. Como ha sabido transmitir a sus
descendientes y a lo largo de innumerables generaciones todas sus experiencias.
9ª Merece la pena señalar las
experiencias vividas por mujeres beréberes en las montañas del Rif. El pueblo
beréber son más de once millones de habitantes, se extiende sobre todo por
Marruecos, Argelia y Níger aunque también hay en Túnez, Libia, Egipto,
Mauritania, Mali y Burkina Fasso. Su idioma es el tamazight que nada tiene que
ver con la lengua árabe oficial en Marruecos. Posee su propia grafía pero el
beréber es muy dado a la tradición oral. La cultura se transmite de madres a
hijos. Son las voces femeninas las que han hecho pervivir la lengua y cultura
de este pueblo autóctono del norte de África.
10ª Estas mujeres se suelen
reunir en la noche alejadas de los hombres para referir contando cuentos
transmitir sus experiencias. Cuentan que en los umbrales de los tiempos, sólo
existía el día y era cuando las hijas de Lilith
eran iguales a los hijos de Adán. No existía la noche ni su oscuridad.
El tiempo nunca se apagaba y el placer de vivir jamás dormía. Un día, los hijos
de Adán quisieron ir lejos, a buscar lo desconocido. Caminaron durante días.
Agotados, cerraron sus ojos y conocieron la noche, con sus pesadillas. Desde
entonces, los hijos de Adán no tienen luz necesaria en sus ojos para ver
nítidamente a las hijas de Lilith. Si el cansancio no fuera mayor que la
ilusión por la vida, tal vez las noches dejarían de llorar estrellas para
iluminar la ceguera y, tal vez, los hijos de Adán sabrían descubrir nuevamente
el placer de la vida, acompañados con las hijas de Lilith.
11ª Una cosa parece clara: la
mujer ha de vivir como ella quiera vivir, al igual que el hombre, pero si en
algo ha de tener cierto cuidado es en no copiar de aquellos vicios o costumbres
del hombre que sobradamente está demostrado no las beneficiaría.
No hay comentarios:
Publicar un comentario